Por: Christian Villamil.
Lo primero que se viene a la mente cuando se menciona el nombre de Francisco José de caldas es la palabra “sabio” y por ello conocer y hondar un poco más en los que fueron los caminos en la vida de este extraordinario científico son un plan que se puede encontrar en la ciudad. Pero, ¿Cómo hacerlo? Pues es más fácil de lo imaginado. Por esos días el museo nacional de la ciudad de Bogotá presenta una exposición dedicada a la vida y obra de Caldas en la que se podrán encontrar
mapas libros e instrumentos que sirven de guía para conocer sus aportes académicos al crecimiento cultural de la llamada entonces nueva granada. Esta muestra es realizada en alianza con la Universidad nacional de Colombia e invita al público a descubrir el liderazgo de payanés en la introducción de la geografía civil antes y después de su relación con el expedicionario Alexander von Humboldt.
Al llegar al museo los guías, orientan a los espectadores sobre el orden en el que se debe apreciar toda
la muestra, la cual se encuentra ubicada en la planta baja del edificio. La bienvenida la da una imagen de tamaño mural del mismo caldas en degradé de colores, resaltando la mirada y haciendo alusión a las palabras que se encuentran al otro lado de la puerta de entrada: “Ojos en el cielo, pies en la tierra”.
Seguido a esto una pared blanca contiene un escrito, el cual informa que se cumplen los 250 años del nacimiento de Francisco José de Caldas (1768-1816), lo cual sorprende, porque a pesar del tiempo que ha pasado, sigue siendo contemporáneo para nuestra época debido a sus estudios cartográficos que han contribuido al patrimonio nacional siendo merecedor del apelativo de sabio e ideólogo de la geografía civil. Los visitantes al Museo Nacional, podrán apreciar 103 piezas, entre las que se encuentran libros, materiales botánicos e instrumentos que revelan los aportes de Caldas al surgimiento del interés criollo por la investigación del territorio y evidencian la nueva importancia que se le otorgó a la descripción, representación y organización del espacio del virreinato y sus producciones naturales y de manufactura.La exposición está organizada en cuatro partes. La primera: “El científico y el amigo”, allí presenta los inicios de Caldas en la ciencia y en la observación del territorio nacional.
La segunda: “En compañía de Humboldt y Bonpland”, trata la importancia que tuvo para Caldas conocer estos geógrafos, quienes le transmitieron la capacidad de desarrollar la autonomía para sus investigaciones y ser un científico libre y audaz en el mundo colonial.
La tercera se titula: “El encargado del Observatorio” y expone la cercanía de Mutis con un Caldas líder de una geografía para el ordenamiento civil del territorio; y finalmente la cuarta: “El ingeniero militar”, que muestra los servicios de Caldas a la causa de la Independencia civil y militar del país.
El recorrido de manera muy práctica y didáctica cuenta la historia de un científico que no solo podía trabajar con su cabeza o con las cosas que la misma naturaleza le otorgaba, sino que necesitaba documentación y por ello Caldas se apoyó en las bibliotecas gubernamentales de Santafé y Popayán, al igual que se sirvió del instrumental de la expedición botánica pertenecientes al rey y a Mutis.
Los guías de la sala resaltan que su aniversario incitó a identificar y reunir libros y algunas partes de sus instrumentos prácticos que también se encuentran en vitrinas en el centro de la sala y que fueron de su dotación, lo que aporta nuevas fuentes para el estudio de su legado que contribuyen al patrimonio nacional y en el caso de un estudiante de la Universidad Distrital que lleva el nombre de este genio, aumentar su identidad institucional, pues conocerlo es fundamental para valorar el sentido de pertenencia por el alma mater.
La sala cuenta con una riqueza visual en imágenes relacionadas con sus aportes y retratos de Francisco José de Caldas. También la parte estética sale a relucir con telones pintados a mano que ilustran algunas de las siluetas y esquemas que el mismo Francisco José realizo al momento de plasmar la cartografía de varios de los relieves del territorio colombiano. Por otra parte, es muy importante resaltar que hay aspectos de la vida de Caldas que definieron su carácter y perfil como investigador y líder: El sabio fue un joven que soñó e intentó muchos proyectos pero que tras múltiples fracasos y trabajando como comerciante no cesó en su deseo de crecer como persona y profesional para ello enfoco toda su sensibilidad en el paisaje, flora, fauna, por los grupos humanos y su actividad económica. La lectura de los libros antes mencionados y todo lo que el consideraba era interesante lo convencieron de la ventaja que tenía estudiar la geografía para la determinación exacta de la nueva granada en el globo. Esta manera de ver las cosas de América cautivó a sus amigos y persuadió a sus padres para que lo apoyaran incondicionalmente.
El valor que empezaron a tener sus escritos, el amor y el cuidado por sus libros, la entrega de cuentas y los registros del observatorio astronómico de Santafé que estuvo bajo su liderazgo después del año 1805 y tras cuatro años de expedición en Quito son los tópicos de los que podrán ser testigos los asistentes a esta muestra del museo nacional. Para finalizar el arte y la
estética se toman su momento con piezas que estuvieron en la casa de Caldas, como un cuadro cuyo material se compone del cabello rubio de su hermana. La despedida a los visitantes la da un busto del mismo Francisco José, un hombre que dejó un legado inolvidable: haber concebido por primera vez la realidad geográfica del país de manera unitaria, un ser humano profundamente comprometido con su patria y una obra que sin la amistad no puede entenderse. Un sabio de sin duda puso bien sus pies en la tierra para llegar hasta el cielo.