Editorial periódico Techotiba agosto de 2014. Desde entonces defendemos la causa palestina.
En 1947 Estados Unidos, Francia e Inglaterra convocaron a otros países para crear la ONU, el principio original de la reunión era, supuestamente, reagrupar a los israelitas y devolverles su tierra ¿Cuál tierra preguntaría uno, si ellos estaban dispersos por el mundo? La mayoría de naciones hablaron de nacionalizar a los judíos en cada uno de los países en donde estaban. Pero las potencias ya tenían planeado quedarse con las riquezas petroleras de Medio Oriente (como lo han venido haciendo con Afganistán, Irak y Libia) y para ello, debían tener un país en el territorio, lugar desde donde podían invadir. Así, crearon de la nada la nación de Israel encima de la nación Palestina bajo el argumento infame de que dios (el dios de ellos, obviamente) les había dado estas tierras según las escrituras.
Desde entonces, han apoyado económica y militarmente a Israel hasta el punto de ser uno de los países con mayor poder militar del mundo. También han puesto a funcionar todo ese armamento. Han destruido casas y ciudades de Palestinos, los han tratado de las peores formas, han puesto a sus hombres en cárceles, han construido muros invadiendo por pedazos todo el país bajo el pretexto de protección y constantemente los bombardean y asesinan para eliminarlos de la faz de la tierra. Mientras usted nos lee, ellos están bombardeando bajo la excusa de ataques con misiles caseros por parte de los palestinos (lo que podría ser más un auto atentado o un falso positivo, ustedes lo conocen en Colombia), van más de ochenta muertos y cuatrocientos heridos entre los cuáles cientos son niños.
Es como sí, alguien grande le pegara a uno más chico bajo la excusa de que usted me puede pegar porque le estoy quitando todo lo que tiene. Un atraco en las narices de todo el mundo. Como los medios masivos son patrocinados por quienes tienen el poder y ellos son los que están robando a los palestinos y a todo el mundo en general, la información que recibimos aquí está manipulada. Por eso, es que la gente sale a marchar por el triunfo del equipo de fútbol y no por sus derechos, mucho menos por los de los palestinos, que descaradamente son asumidos como terroristas cuando los terroristas son ellos que los han arrinconado en pequeños territorios como Gaza a punta de violencia.
Es necesario volver los ojos hacia allá. La injusticia que se está cometiendo con Palestina es a su vez una masacre contra toda la raza humana, pues todos, de alguna forma somos víctimas de los mismos poderes económicos. Si bien, aquí no nos han metido otro país, si nos han metido multinacionales que hace dos semanas acabaron con el río Sogamoso dejando en la miseria a cientos de familias y un daño ambiental irreparable. De la misma forma, tumbaron la reforma a la salud y el proyecto para recuperar el valor de las horas extra, le subieron el precio a la gasolina cuando en Bolivia es más barata y eso que ellos no tienen pozos petroleros. Así, se van quedando con todo mientras nosotros compramos camisetas de tela fabricada en Taiwan para apoyar a la selección Colombia.
Nuestro Techotiba viene otra vez para ayudarlo a salir de su letargo estimados lectores, en medio de esta ceguera que no permite ver más allá del televisor. La transformación social, el mundo que queremos no va a cambiar si no empieza por nosotros mismos, al activar nuestra conciencia crítica que surge cuando usted escucha otra versión de la que muestran los medios masivos, quienes mueven su agenda bajo los intereses de poderosos patrocinadores, por eso NO LES CREAN.
Tuvimos un gran amigo Leonardo Barbosa, a quién le dedicamos este número, trabajó arduamente por construir ese mundo distinto que empezaba a partir de la suma de voluntades conscientes. Desde donde esté queremos que sepa que seguimos con la consigna, que no se ha ido para nosotros y que recuperaremos el mundo de las manos de los poderosos entre todos los que asuman estas hojas como suyas, con todos los que sientan la vida más allá del capital y con estas ganas de dignidad por encima del sistema, porque otro mundo es posible.
