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Por: Laura Blanco

Maga acaba de salir de su clase de lenguas modernas. Saliendo de su universidad por la calle 26 mientras piensa en lo harta que está de destruir lo bueno que cae en sus manos, se deja abrumar por las sombras de su pasado; que son ya para ella un desierto de recuerdos, sin lograr encontrar un oasis  para descansar y dejar de lado las alucinaciones continuas que suelen invadirla. Tenía el deseo de que todos sintieran lo que significa un corazón latente.

Cuando murió el día, envuelta en la absoluta apatía encontró lo inesperado; entre búsquedas frente a su ordenador una noticia apareció:

La evolución obligatoria

Los `cyborgs´ ya están entre nosotros: el implante de microchips se extiende por todo el mundo. Chips del tamaño de un grano de arroz servirán para facilitar trámites y tareas tales como: abrir puertas, comprar productos, viajar. Será la única documentación oficial y permitirá la entrada a hospitales, además contiene un GPS integrado.

El gran día de la implantación de microchips obligatorios será el próximo 27 de octubre de 2030, en las principales ciudades de Colombia.

Agobiada al leer esas letras, lo único que pudo pensar esa noche fue las consecuencias de incorporarlo a su ser. Si decidía ir en contra del sistema no podría continuar con su vida como la llevaba hasta el momento; le parecía increíble  lo que la elite era capaz de hacer con tal de tener el control total de las masas. No les bastaba con tener cámaras con reconocimiento facial por todas las ciudades, sino que ahora querían un rastreador incorporado para vigilar de manera permanente cada movimiento.

Que se le incrustara atrevidamente algo que no necesitaba la estremecía, pues no sólo era antinatural sino que la llenaba de miedo. Esa evolución  que tanto prometían no era real, solamente serían esclavos sin cadenas palpables.

No conforme con la funesta noticia, decidió investigar mucho más acerca de los microchips y todo lo que ésta revolución tecnológica conllevaría. Luego de horas frente a su ordenador, se encuentra con la página de la empresa creadora del microchip; mientras desliza el scroll de su mouse hacia abajo a través de la fría combinación de rojo y negro que compone su logo, logra entender entre un suave grisáceo SOURCE CORP. En medio de las miles de imágenes que hacen estremecer a Maga, una ventana salta de la nada como salvándola de descubrir algo que no quiere. Ésta ventana informa acerca de una gran conferencia que va a ser dada por el fundador de la SOURCE CORP,  según el aviso lo que buscaba era dar información más detallada sobre este microchip y sus beneficios, al ver esto no dudo ni un segundo en asistir.

El día de la conferencia, al entrar en el auditorio Arula, un poco agitada debido a todo lo que tuvo que correr para llegar, sin darse cuenta choca de repente con un hombre alto, vestido de esmoquin negro, su mirada tenía el tono azul agresivo y turbio de un mar incontrolable, era casi imposible no darse cuenta de que se trataba de un Estadounidense, pero Maga pasa tan rápido que ni se da cuenta que al tropezar derribó la carpeta que este tenía en sus manos, en ese momento sólo pensaba en la conferencia.

Para Maga era increíble el número de personas que podía ocupar ese auditorio, todos se encontraban expectantes cuando de repente una pequeña puerta del escenario se abrió, basto con tres pasos hacia en micrófono central para que ella reconociera de nuevo la mirada penetrante con la que chocó al entrar.

-La evolución es el proceso en donde una especie cambia y se adapta al contexto en el cual se desarrolla, dejando atrás formas de vida que por mucho tiempo fueron útiles, pero que se vuelven obsoletas, como ustedes. Bogotanos ¿cuánto tiempo debemos esperar para evolucionar? ¿Meses? ¿Años? ¿Décadas? ¿Siglos? He traído a ustedes la evolución ahora.

Maga sin dejar de mirarlo pensaba lo mucho que quería conservar su forma humana en estado puro, estaba impotente pues no creía lo que pasaba frente a sus ojos y no podía evitar, ya que la multitud enloquecía con cada palabra que pronunciaba aquel hombre; en cambio ella comenzó a fraccionar la infinidad de información  que su mente podía procesar. De repente surgió una idea descabellada en su cabeza, cerró los ojos y basto con pensar un mundo ideal en el cual la libertad no fuera una utopía, donde se cultivara el espíritu más no las ganas de adquirir posesiones materiales, a fin de cuentas quería un planeta libre y si bien no podría hacerlo por lo menos lucharía hasta el final por vivirlo.

Cuando volvió en sí, algo extraño había ocurrido en el auditorio. Un nuevo grupo de personas exaltadas se abrían paso ante ella, con la diferencia de que ahora era en dirección a la salida, de inmediato se dio cuenta de los hombres armados ubicados  en las únicas rutas de evacuación, estaba atrapada. La continua luz que antes ingresaba por las ventanas, se había ido y ahora se veían grandes placas metálicas que dejaban ver el evidente grosor impenetrable. Cuando corrió hacia las puertas se dio cuenta de que parte de las personas del auditorio, que antes la acompañaban, se abalanzaban hacia los que corrían, sometiéndolos en el piso para que un par de guardias, con un artefacto parecido al que mostraba el hombre en la tarima, tomaran sus manos y con ellas lo poco que quedaba de su consciencia.

En ese momento para Maga se detuvo el tiempo, su instinto animal salió a flote cuando varias personas se abalanzaron sobre ella. Uno, dos, tres golpes logró atestar a los que ahora parecían maquinas atacantes. Casi inanimados se levantaban e intentaban someterla de nuevo, sin embargo la fuerza en los ideales de Maga era tal que no fue suficiente el ataque entre cuatro personas y logró deshacerse de ellas. Adrenalina, tensión, en realidad ahora sentía lo que era un corazón latente a más de mil beats por minuto; su respiración describía la desesperación del momento, sabía que en algún momento se agotaría, pero jamás pensó en bajar la cabeza para descansar. Uno, dos, tres, cuatro, cinco golpes, entre ellos dos para Maga, algo de sangre tiñó el blanco suelo del auditorio y en medio de la frenética batalla el sonido de un punzar agudo atravesó cada vértebra de la ahora estática joven.

Incapaz de mover un sólo musculo de su cuerpo, Maga queda tendida contra una gran pared al costado del auditorio, desearía haber quedado dormida completamente, pero por desgracia para ella es consciente de todo lo que a su alrededor pasa. Exactamente frente a ella a unos 20 metros, logra ver de nuevo al hombre alto, con su esmoquin negro ahora desapuntado, sus ojos con el azul oscuro de un abismo en las profundidades… Parecía que deseara acercarse a ella de una forma tan lenta que cada sonido de la suela de su zapato era un clavo entrando en su cerebro. Primer paso… adiós al sueño de libertad, segundo paso… adiós a la esperanza de algún día sentir amor, tercer paso… adiós a su humanidad, último paso…

-Si he logrado esto tan sólo con un pequeño chip, imagina cuando me codee con los mismos dioses al crear nueva vida… adiós Maga.

El aterrador dolor de la aguja entrando en su mano y la piel abriéndose para dar paso al pequeño grano de arroz que ahora parecía una enorme roca, le hicieron entender que lo único que dormía eran sus músculos. Fueron cuestión de segundos para que empezara a adormecerse y tan sólo ser consciente de la última imagen que vio; en ella se veía lo que parecía ser la figura humana de perfil, intervenida tecnológicamente, varios cables atravesaban su cuello y se desprendía lo poco que parecía su piel,  unas manos sosteniendo un cerebro frente a ella y en el membrete de la carpeta del gran hombre logró leer entre líneas… “Siglos de evolución en la palma de mi mano”.

 

 

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