LAS LUCHAS SOCIALES CONTINÚAN
Se cumple un año del levantamiento popular en contra de las medidas económicas y políticas que la administración del gobierno neoliberal uribista y la criminal burguesía en el poder impuso al pueblo colombiano. La movilización social sin parangones se mantuvo por cerca de cuatro meses, con su epicentro principal anclado en la ciudad de Cali, y construyo enormes enseñanzas al campo popular, enseñanzas que aún están siendo asimiladas en el camino y la construcción de procesos sociales autónomos y de poder popular; esta gran movilización trajo consigo un recrudecimiento de la represión criminal por parte del gobierno, la cual produjo cerca de 80 asesinatos, la mayoría de jóvenes a manos de la fuerza militar del estado (policía y esmad) y de aparatos paramilitares protegidos por el gobierno, miles de torturados y detenidos, un número indeterminado de desaparecidos, y un señalamiento, detención y judicialización de cientos de jóvenes de las primeras líneas que aún no se detiene. La represión y violencia contra la población en general y contra las comunidades que osan discutir el modelo se pretende normalizar a través de la Ley de Seguridad Ciudadana la cual busca coartar las pocas libertades que tenemos los colombianos y judicializar cualquier acto de protesta, además de dar vía libre a los asesinatos por parte de “ciudadanos de bien” en defensa de la sacrosanta propiedad privada. Aquí es necesario recalcar que la “justicia” es totalmente inoperante cuando se trata de juzgar a los civiles, policías y militares que cometieron y siguen cometiendo crímenes contra el pueblo.
A este panorama se suman los cientos de líderes y luchadores sociales, comuneros indígenas y afros, los centenares de firmantes de los acuerdos de paz asesinados además de los asesinatos cometidas por las propias fuerzas militares y que de “nuevo” traen al panorama nacional los mal llamados “falsos positivos” siendo el último episodio en una comunidad de Puerto Leguízamo, Putumayo. Esta trágica realidad hace que desde varios sectores sociales se empiece a exigir hoy la Declaratoria de Emergencia Humanitaria para todo el Territorio Nacional. Y la pandemia que ha servido además de desnudar el carácter del régimen, para que la población se muera de a pocos, los ricos y dueños del poder se vuelvan más ricos y los pobres más pobres y miserables. Las cifras que el mismo gobierno publica son un indicativo y desnudan la profunda miseria en la que se debate el pueblo colombiano.
Según el Dane a diciembre del 2021 un 54% de los habitantes en el país viven en un estado de inseguridad alimentaria, de los cuales 10 millones se acercan a un estado de hambre, es decir que a duras penas consumen una comida al día y no de la mejor calidad, 21 millones de personas tienen un ingreso mensual inferior a $300.000. La Superintendencia Financiera de Colombia revelaba las cifras de crecimiento del sistema financiero para agosto del 2021, las cuales llegaban a los $8.1 billones de pesos encabezados por los bancos del grupo aval de Luis Carlos sarmiento Angulo. Es decir, más miserables mientras la concentración de la riqueza está en unas pocas manos, en manos de los poderosos que quitan y ponen gobernantes de acuerdo a sus intereses mezquinos.
Otro elemento que se suma al dramático cuadro social que atravesamos tienen que ver con la injerencia gringa que es cotidiana. Desde el gobierno gringo se cocina un nuevo proyecto de ley por parte de algunos senadores de ese país llamado “Alianza Estratégica estados Unidos Colombia”, el cual busca actualizar el nefasto Plan Colombia, que ha significado para nuestro país una depredación de los ecosistemas, un ataque despiadado a los pueblos originarios y a las comunidades campesinas con el pretexto de una lucha contra las drogas y que sin embargo demuestra su falsedad al tener hoy al país como el principal exportador de cocaína, y a su clase dirigente y burguesa llenándose los bolsillos con este “jugoso negocio”; a esta ley se suma el anuncio hecho por el presidente gringo de declarar a Colombia como aliado extra en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) la máquina de guerra de occidente timoneada por el imperialismo gringo. Esta consideración de “aliado importante” fuera de esa entidad está basada, según el presidente gringo en las “…contribuciones cruciales de Colombia a la seguridad regional e internacional”, y le permite al país direccionado por esta burguesía criminal y arrodillada, tener acceso a una mayor estructura de guerra y ahondar su papel de gendarme y Caín, en esta nuestra América. Seguramente se reforzará, la hasta ahora tarea infructuosa de tumbar el gobierno de Maduro, para que el gobierno gringo se apropie de los recursos energéticos que este país posee, propósito que seguramente se retomará con mayor fuerza ante la actual crisis energética global en la que está inmerso el capitalismo, además de obstaculizar y seguramente entrar en la carrera de denigrar y buscar detener al bloque de “gobiernos progresistas” que intentan construir una resistencia ante el poder del país del norte, el cual sigue considerando al sur del río grande como el patio trasero, o “patio delantero” en un escenario internacional de nueva geopolítica global, amén de enviar un mensaje al proceso interno electoral que se desarrolla en el país.
Una fractura en la estructura del régimen?
A la movilización y lucha popular que por ahora parece “adormilada” se suma la campaña electoral a la presidencia, en la que por primera vez en mucho tiempo la burguesía omnipresente se siente “amenazada” de ser desplazada del manejo del gobierno, más no del poder. El “representante” de este modelo narco paramilitar neoliberal, Uribe, cada día es menos “querido” por el pueblito de a pie y todo el aparato del gobierno y del estado está siendo utilizado y orientado para evitar que un candidato con tintes de progresista asuma las riendas del gobierno.
A la guerra sistemática contra el pueblo, sus luchadores populares y líderes, profundizada en estos meses por el régimen a través de sus aparatos legales e ilegales, se suma una guerra de desinformación, manipulación y miedo por parte de los medios del poder (semana – el tiempo, entre otros) y una serie de influenciadores que tratan de vender las bondades de sus mediocres y patéticos candidatos y de desvirtuar las propuestas de quienes consideran que este país puede “modernizarse” e iniciar una época de decencia y mejora de la vida de los colombianos. Aquí es bueno no llamarse a engaños y entender que si llegare a triunfar el candidato progresista, el camino va a ser bastante escabroso ya que la burguesía y sus ordenadores a nivel internacional no van a permitir que su “joya de la corona” se pierda y de paso se continué fortaleciendo un bloque progresista en el continente, van a tratar por todos los medios de “robarse las elecciones”, o en el peor de los casos sacrificar algunas de sus fichas para desvirtuar y poner en duda el triunfo del candidato del progresismo.
También es importante tener en cuenta que el candidato progresista puede tener poco margen de maniobra para gobernar, en el caso de ser electo, no solamente por la oposición acérrima que la maquinaria criminal de la burguesía está reforzando, sino porque al interior de la coalición que se ha montado para tal fin existen muchos intereses de sectores e incluso de representantes de esa clase politiquera atada a la rueda de la burguesía que van a querer su tajada en ese ponqué que supuestamente “cambia de dueño”.
Una posibilidad que permitiría avanzar en las reformas y propuestas planteadas como sociedad y como nación es que las organizaciones sociales desde las regiones y en las ciudades entremos en un ejercicio de movilización permanente contra la agresión criminal de la burguesía. Esta movilización profunda y sistemática de educación y acción política nos debe conducir al poder popular, lo cual implica no entregar un cheque en blanco al gobernante progresista que acceda al poder, pero tampoco ser un palo atravesado en la rueda de la historia que estamos construyendo.
El camino es y seguramente será más doloroso pero los sueños y las utopías están ahí para ser hechos realidad.
Escuela Itinerante por el Territorio Techotiva, propuesta cultural y política que trabaja por la recuperación de la memoria Natural y Social del Territorio Techotiva.
Territorio del Agua.