En campaña Gustavo Petro hizo muchas promesas, en todos sus discursos una y otra vez se repetía el mismo concepto, democratizar. Sus contradictores tergiversaban dichas palabras dando a entender que era una manera de ocultar la intención de arrebatar la propiedad legitima de sus propietarios. Pero democratizar lejos de establecer quien era dueño de que, se trataba de quien puede acceder efectivamente a algo. Ese es el espíritu de este gobierno, construir caminos para que sin necesidad de arrebatarle nada a nadie, todos accedamos a aquello que nos posibilita ser ciudadanos integrales de este país. En ese conjunto de elementos a los que se les debe garantizar el acceso, uno de los mas importantes es la información. Vivimos en el siglo de la información, por eso el ideal es que se garantice el acceso a información útil y veraz para todos, en igualdad de condiciones y con las mismas oportunidades. Y al mismo tiempo es importante que así como consumimos información, como miembros participes de un conjunto si producimos información, tengamos las mismas posibilidades de difundirla. Esta gran responsabilidad es parte fundamental de la labor del MinTIC.
Parte de los problemas estructurales que tenemos es que la información útil y veraz, usualmente NO es para todos y si la producimos estamos sometidos a un conjunto de intereses que limitan, condicionan o entorpecen su difusión. Entonces el reto de este gobierno es aproximarse lo mas posible al ideal de democratizar el manejo de la información. Por eso es muy importante escoger bien a la persona que en cabeza del MinTIC, va encarar este reto. Los anteriores gobiernos como NO tenían consciencia que parte del desarrollo humano pasa por democratizar el manejo de la información, dejaban el nombramiento del MinTIC como parte de un reparto burocrático sin mayores objetivos, donde lo que se terminaba desarrollando era el cuidado de intereses particulares en desmedro de la posibilidad de manejo de la información para todos los colombianos.
En la realidad política de coalición del actual gobierno se debe hacer un balance entre el compromiso político y la necesidad de democratizar la información, teniendo presente que los que actualmente dominan el manejo de la información no desean que las cosas cambien. Y el hecho es que el espíritu de un nuevo MinTIC no es quitar el manejo de la información a quienes la dominan en este momento, sino que esa misma oportunidad de manejo la tengamos todos, por encima de intereses particulares. Con eso presente aunque haya muchos candidatos con trayectorias profesionales suficientes para dirigir MinTIC, la realidad es que hay muy pocos que estén comprometidos al ideal de democratizar el manejo de la información. La gran mayoría de candidatos no pueden aproximarse al ideal precisamente por que se deben a los mismos intereses políticos que los terminan nominando en el puesto.
Quienes dominan el manejo de la información sobre todo su difusión saben perfectamente los alcances de su poder y en ese sentido son capaces de alterar la imagen que tenemos de la realidad. Esto es critico, porque sin una imagen verídica de la realidad no podemos darnos cuenta de los problemas que tenemos. De esta manera, así como nos pueden ocultar problemas, también nos agrandan problemas que NO existen, como es el caso del nombramiento del MinTIC. Y la razón para dicho comportamiento es que mantener ese poder sobre como percibimos la realidad los convierte en intermediarios «obligados» para los cambios políticos que se requieren. Cuando lo saludable es que así como ellos y todos tengamos la posibilidad de consumir y difundir información integralmente que nos ayude a plantear las soluciones a los problemas que como sociedad tenemos.
El final de esta novela debería ser reafirmar la voluntad de democratizar el manejo de la información para todos, sobre todo para que se entienda la importancia de la información veraz y útil por encima de las manipulaciones.
Author @gdmolano