Por: Laura Alvarez Pinzòn
El mundo es el hogar del animal que no lucubra
se conserva en la superficialidad de las cosas.
Ajeno de comprender el sentido la vida
ahogándose en el intento de inspeccionarla
ramificando las razones de la existencia
incapaz de vislumbrarla y establecerle una concepción particular.
Pierden el sentido de la intuición
olvidando en cada vez de lo esencial
Se separan de su índole por querer lo deseado
siempre y cuando sea un resultado racional.
Y se preguntan sin penuria ni intención una cuestión general
E impacientes por el hambre que abunda en las respuestas
se rehúsan a escucharlas, y conformistas se queda con una respuesta universal.
Son un par de hombres que no se desmenuzan
y cuando menos lo esperan la vida los rumea.
heridas frescas rasguñadas por hombre necio,
que se niega a comprende lo que la escucha le ha concebido.
Las personas se sumergen en las dudas que le abundan
pasando sobre ellas en depresión existencial,
niegan con arrogancia la culpabilidad que les somete,
deseando otras vidas y entre otros solo la muerte.
Y no comprende por qué no quiere
y no quiere porque no saben lo que quieren.