Por: Verónica Cruz
“Una raya es negativo, dos positivo, una raya es negativo, dos positivo.”
Solo esas palabras pasaban por mi cabeza mientras él me agarraba la mano tan fuerte como podía y no quitaba sus ojos del pequeño cassette que había frente a nosotros. Estoy segura de que pensó en lo mismo que yo estaba pensando ¿pero cómo un ser humano puede tener tantos pensamientos simultáneamente sin atrofiarse la cabeza? En el cassette se empezó a colorear la primera línea rápidamente. El miedo se apoderó de mí, me sudaban las manos y sentía que mi cara se quemaba del calor que me subió a las mejillas, pasan los 7 min… ya no hay duda, mi mundo en el siguiente minuto cambió. Los siguientes 10 minutos sólo pude pensar en que tenía dos opciones, permitir que lo que en ese momento habitaba dentro de mi siguiera su ciclo de crecimiento o detenerlo. Por qué siempre que uno tiene una decisión que tomar solo le dan dos opciones que desencadenan dos consecuencias las cuales llevan a otras dos cosas y dos más y dos más y dos más ¿Esa será la esencia de la vida?
Interrumpo los gritos en mi cabeza y el silencio de la habitación dejando caer el vaso que sujetaba entre mis manos. Le dejo libre el paso a la razón para decidir qué hacer. Después de un par de lágrimas me pierdo de nuevo en mis pensamientos tratando de imaginar si sería un niño o una niña, en definitiva preferiría que fuera un niño como su padre que siempre está tratando de verle el lado bueno a las cosas pero tendría mis ojos, mi sonrisa… le gustarían mucho los deportes, le enseñaríamos a patinar, cantar, bailar. Cuando entrara al colegio le ayudaríamos con sus tareas y haríamos mil y una cosa para mantenerlo feliz todo el tiempo, bueno claro está que eso no es posible, pero trataría de que el brillo en sus ojos nunca se perdiera.
Aunque no me molestaría que fuera niña. Su cuarto lo llenaría de flores para que le den la ilusión de que vive en un jardín y que ella es la flor más bonita de todas y la dejaría explorar el mundo como ella quiera porque a la final si ella no vive sus propias experiencias no sabrá que está bien y que está mal. Cómo es posible comenzar a pensar para otra persona olvidándose de uno mismo y de que antes de esto ya tenía estructurado un plan para su vida que hasta ahora iba comenzando.
Decido no pensar más. Introduzco las dos pastas en mi boca y otras dos en mi vagina, me doy la oportunidad de sentir como estas se desvanecen con cada segundo que pasa, tomó agua y levanto las piernas tal y como dicen las instrucciones. Minutos después empiezo a sentir como se despega de mis entrañas esa pequeña célula que se ubica dentro de mi útero, mientras el dolor aumenta junto con mis ganas de retroceder en mi decisión empiezo a sangrar abundantemente, trato de controlar el dolor pensando en que las cosas mejoraran y que esto solo me tomará una semana cuanto mucho, grito. Pasada la media hora bajo las piernas poniéndome en posición fetal he intentando ahogar un grito en la almohada, respiro evitando demostrar el vacío que siento en el alma mientras se avecina una tormenta en mis ojos.