El pasado 6 de agosto los jóvenes del MOVIMIENTO AMBIENTAL CAMINANDO EL TERRITORIO y de la RED JUVENIL DE SUACHA invitaron a la comunidad a sentar su voz de poyo frente a la invasión de la mega minería una vez más en Suacha. La idea era mostrarles a los habitantes que tenemos acciones decisivas en lo que ocurre en nuestro municipio, Suacha durante años ha sido cantera de explotación de materiales como el recebo, la arena y en este proceso de explotación ha visto desaparecer sus montañas, San Mateo por ejemplo siendo territorio que resguarda pictogramas de ancestros que pasaron por Suacha sin destruirle, es hoy unretrato más de un desierto, sus montañas sobrepobladas están profundamente agrietadas por la acción corrosiva de la maquinaria minera.
Ya hace muchos años que veredas como Panamá o Fusunga dejaron de albergar en sus entrañas la papa, la arveja o la fresa para ser raspadas por la maquinaria pesada que penetra sus entrañas desgarrando cada posibilidad de fertilidad en ella, la “ablación femenina” el terrible acto que durante siglos hemos cometido contra nuestras compañeras, traducido a nuestra madre tierra, al
arrancar la arena nos llevamos de paso toda posibilidad de fertilidad, de existencia. Los jóvenes de suacha agobiados y mamados de que la corrupción extendida en el municipio, han decidido hacer de la vereda San Jorge también su territorio y contarles a todos los Suachunos que también es parte de u territorio. Es entendible que claro a quién puede importarle Suacha si durante años se nos ha enseñado que esto es más un “dormidero”, un lugar del que salimos muy temprano –casi siempre entre apretujones- y volvemos muy tarde; como se va a querer lo que no se conoce, lo que no se recorre. Para querer a Suacha como dijo Karen Sereno vocera del Movimiento Ambiental “a Suacha hay que quererla con los pies”, hay que caminarla, hay que recorrerla,hay que sentir que Suacha es mucho más que las noticias de los trancones y el mugre de la autopista, en Soacha a pesar que la los funcionarios de la CAR lo nieguen existen pa- ramos donde crece un centímetro al año el frailejón, lora que solo se da en 5 países en el mundo y que es objeto de conservación y preservación por su importancia en el ciclo del agua.
Sin embargo para la CAR SOACHA el “tal frailejón no existe”, así que le otorgó licencia de explotación mine- ra en este territorio a la multinacional TRENACO (multinacional investigada por enredos con captadoras ilícitas de dinero y corrupción) y con ella a la destrucción del patrimonio fundamental de toda suacha, la destrucción del agua. Destruir la vereda San Jorge significacondenar a Suacha a la extinción de sus fuentes de agua, acabar con la condición tradicionalmente agrícola de este territorio en favor de los bolsillos de las multinacionales y de claro los funcionarios en turno, que aprovechan cada reunión en la comunidad para presentar al campesino “las bondades del ladrillo y de la arena” y de como el “progreso” les traerá trabajo a la vereda. Yo no entiendo muy bien como las empresas y los funcionarios y la desentendida administración municipal les cabe en la cabeza pensar que el campesino colombiano está desempleado, si algo tiene siempre un campesino es trabajo, trabajo digno en su tierra para su propio beneficio y generalmente para el de los demás porque en la tierra campesina trabaja y come todo el mundo, los niños, los ancianos, los adultos los hombres y las mujeres todos pueden hacer algo y todos llevan un pedazo a su boca y sobra para vender y llevarle a la mesa de los ciudadanos que o saben que la fresa que se comen en los crepes quizás viene de las tierras de San Jorge en Suacha. No se puede amar lo que no se conoce y por eso el clamor y la voz de la comunidad de San Jorge es la voz de los jóvenes de Suacha, del movimiento que con sus caminatas, sus charlas y sus videos ha convencido a muchos otros parches conformados por sus semejantes, de que Suacha es una tierra fértil, de que la vereda San Jorge no es solo ese territorio del corregimiento uno, sino que es una parte fundamental de sus vidas como Suachunos y por eso es un deber y un orgullo caminar sus montañas, comer sus fresas y tener la dicha de poder decirles a nuestro hijos que nosotros expulsamos a TRENACO de Suacha.
“Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo”
¡Fuera Trenaco de Suacha! ¡Si a la vidano a la mina!


