Un parche de poetas de barrio decide gestionar un espacio, donde, alzando un escenario, empezaría evolucionar un ambiente de trueque artístico y convivencia suburbana, alrededor de una tendencia cultural; el Hip Hop. UNA INICIATIVA NECESARIA Caminando, en “horas de oficina”, al lado de la disonante congestión vehicular rutinaria, otro joven insatisfecho con la dinámica competitiva que ofrece el capitalismo, va dispuesto a fabricar sus propias oportunidades; necesita ser escuchado, y o porque su discurso pudiera ser un éxito en las redes sociales. Su rebeldía obedece a sus fracasos, y, cansado de ser etiquetado de ladrón, vicioso o vago, está resuelto a demostrar que su pasión puede ser un soporte en la reconstrucción del tejido social. Puede que la vocación de trabajo comunitario de este joven MC sea algo innato, pero lo seguro, es que se ha fortalecido en la sucesión de duras batallas contra un imaginario colectivo que condena al artista, desconociendo su importante labor mediante el ejercicio de su gama de oficios, desde la comunicación hasta el entretenimiento, y aplaudiendo, casi exclusivamente, el desarrollo de habilidades que se valoran según el lucro que representen. Nace un proyecto.
RECURSOS
Dejar de lado la pereza y hacer las vueltas para conseguir una tarima y sonido prestados parecía tan sólo una opción, al lograrlo, ya era inevitable confeccionar un cronograma: convocar artistas, diseñar documentos informativos, garantizar el cumplimiento de los requisitos para la ejecución de un evento público tiene sus “chicharrones”. El festival Golpe de Barrio, donde jóvenes apasionados por el hip-hop pudieron exponer sus trabajos como cantantes, graffiteros y bailarines, fue un éxito, excelente comportamiento en un espacio donde las cicatrices son musas, y las anécdotas bizarras se barajan con las quejas, para ser narradas con pintura, piruetas y poesía callejera sobre una pista de beat pesado. Había que hacer algo más. La recompensa del trabajo, no es el dinero. Un aguacero de ideas acerca de fortalecer el trabajo colectivo inundaba las reuniones en el barrio, la sensación no era de victoria personal, sino de esperanza al ver lo que puede generar una iniciativa sincera, se proyectó la realización de talleres y semilleros de graffiti, dibujo, break dance y técnica vocal, donde circularía la información y se aprovecharía el interés de la comunidad en el hip- hop como forma de expresión y participación en la sociedad. El apoyo se empieza a buscar mediante convocatorias distritales, y, en el lento proceso, se está avanzando satisfactoriamente.
PROPÓSITOS
Como un proceso natural, se empiezan a hacer evidentes los patrocinios con los que, al establecer una plaza de intercambio artístico, se robustecen las acciones de cambio y transformación social. Se busca dejar de desperdiciar tanto talento, y casi con el simple hecho de aprovechar el tiempo, se genera un canal de enfoque de recursos, bastante efectivo en cuanto a funcionalidad y productividad en términos de calidad real, los resultados no se miden en números, al final, es la atmósfera de convivencia la que señala qué tan exitosa es una intención.
EFECTOS
Los jóvenes, que viven en medio de situaciones que invitan a la deshumanización, están enérgicamente motivados a adquirir, autónomamente, una actitud de compromiso participativo mediante el perfeccionamiento y la tecnificación de sus talentos dentro de estos escenarios de producción colectiva y socialización de experiencias empíricas y conocimientos. Golpe de Barrio actúa como colectivo gestor y organizador de talleres certificados, que se realizan en el CDC El Porvenir, y talleres móviles que adelantan labores culturales en los parques de Bosa, hace poco fue la tercera versión del festival, y sus miembros son activos colaboradores en actividades distritales e poyo a vías para solución de conflictos y emprendimiento artístico.
Hip-Hop argot: Parche: grupo de amigos MC: cantante de rap Graffiti: arte callejero, muralismo, mayormente, con latas de pintura en aerosol Break Dance: baile propio de cultura hip-hop


