En el mundo de las industrias audiovisuales siempre se intenta conectar con el público sentimentalmente, pero esto ha llegado demasiado lejos.
Si miramos hacia el pasado la televisión, canciones y las películas tenían su género de tristeza o melancolía, pero no estaban vendiendo la idea de ser como el producto, sólo te ponen en los zapatos de alguien cruzando por un mal momento.
Debido a que todo esto es entretenimiento venden la vida de los artistas como un producto, una meta, un estereotipo, siempre intentando que el éxito de este se vea orgánico y no impulsado por empresas que en realidad se dedican a camuflar la vida de su producto y hacer que tú veas lo que ellos quieren.
Últimamente se ha visto popularidad en los artistas con un contenido “depresivo”, lo digo sarcásticamente porque muchas personas no conocen la verdadera cara de la depresión, esto es totalmente peligroso pues los jóvenes empiezan a tener un carácter más agresivo, distante, antipático y todo por querer parecerse a su estrella favorita.
Es importante conocer bien la depresión, hablar de ello en una cena, con los amigos, compañeros o conocidos.
Santiago Valencia